El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, ha filtrado que este miércoles anunciará que dimitirá de su cargo en el mes de setiembre, lo que supone que Susana Díaz será quien le releve al frente de la comunidad andaluza. Esta decisión no resulta sorprendente porque quizás estaba tomada desde el momento mismo en el que manifestó que no se presentaría como candidato a las próximas elecciones y abrió unas dudosas primarias para elegir a quien debía tomar el relevo con vistas a las próximas elecciones. Una farsa, inmejorablemente interpretada, que ha concluido con la designación de la persona señalada para ello, sin opositor que forzara la votación porque los aspirantes no pudieron disponer de tiempo ni de las herramientas necesarias para conseguir los avales exigidos.
Con el anuncio de la retirada de Griñán, Susana Díaz se convertirá, en la práctica, en la presidenta de la Junta sin haber participado en las elecciones y representando a un partido que no es el mayoritario en el parlamento andaluz. Susana Díaz es el ejemplo de político hecho en el partido, sin experiencia laboral alguna y una carrera meteórica cimentada en el sacrificio de quienes fueron sus mentores. Su licenciatura de Derecho, hecha en diez años, es una pura anécdota. Enérgica y sectaria, es irreductible en sus ambiciones y pisará .las cabezas que sean necesarias para conseguir sus objetivos.